Madrileña Red de Gas ha iniciado su décimo año de actividad y cumplirá en unos meses, por lo tanto, su décimo aniversario. Un buen momento para hacer balance de los logros conseguidos y de la visión del futuro de nuestra empresa.
En esta década, el sector energético de España ha experimentado un cambio más que notable. La regulación también ha modificado su orientación, como consecuencia de la integración de las políticas de clima y energía. Todo esto ha de traer cambios aún más profundos que los experimentados hasta ahora, de forma que, en otros diez años, las empresas energéticas serán muy distintas de lo que hoy son.
En el tiempo transcurrido desde que recibió las autorizaciones necesarias para iniciar su actividad, Madrileña Red de Gas se ha consolidado como una empresa sólida, que destaca por su eficiencia operativa y financiera y por la seguridad, la calidad de sus operaciones y del servicio al cliente. El tamaño de la empresa se ha incrementado mediante el crecimiento orgánico y las adquisiciones sucesivas de activos de distribución. Hoy hemos sobrepasado los 900.000 puntos de conexión activos, y seguimos iniciando la actividad en nuevos municipios —desde los 39 iniciales, a los 59 actuales, incluido el Municipio de Madrid capital donde se mantiene la actividad de distribución en cinco distritos—, lo que pone de manifiesto la voluntad decidida de seguir invirtiendo en hacer accesible el gas a todos los madrileños, para mejorar su calidad de vida y su economía, por el ahorro que supone en comparación con otras formas de energía final.
En este último año hemos llevado a cabo trabajos de mejora de la red en relación con su segmentación, y un programa de extensión de la telemedida. También hemos puesto en marcha un ambicioso programa de detección, corrección y prevención del fraude, como consecuencia del incremento que estas prácticas han experimentado en las redes de distribución, no solo de gas sino también de electricidad. Se trata de un programa pionero que está dando resultados muy positivos.
Finalmente, se están consiguiendo buenos resultados en la extensión del uso de gas en aquellos sectores industriales en los que había un claro potencial sin desarrollar, lo que, además de prestar servicio a esos clientes y contribuir a la reducción de emisiones contaminantes, se traduce en un uso más eficiente de la red y contribuye a la mejora de resultados de la Compañía.
En lo que se refiere a la seguridad de las operaciones, nuestros indicadores muestran una mejora clara, tanto en sentido absoluto como en relación con los índices de los sectores comparables.
Hemos mantenido el nivel de nuestros resultados económicos, a pesar del impacto de la reforma regulatoria de 2014 y de los recortes que posteriormente tuvieron lugar, con la reducción de la remuneración de algunas actividades —como el alquiler de contadores— y la apertura de otras a la competencia —como las inspecciones periódicas—. Estos resultados son consecuencia de la preocupación por la mejora interna permanente, que se traduce en la reducción de costes y en el control de estos, sin menoscabo de la calidad en ningún caso, como queda dicho.
Mirando ahora hacia el futuro, nuestras preocupaciones se centran en tres asuntos principales: el servicio al cliente, la transición energética y la regulación.
En relación con el servicio al cliente, hemos puesto en marcha un programa de revisión de los procesos que implican interacción con los clientes actuales o potenciales: contratación, obras de acometida, consultas, facturación, averías y emergencias, cobros y reclamaciones. Nuestro objetivo es simplificar los procesos, eligiendo los canales y procedimientos de acceso más sencillos, de forma que los clientes tengan un acceso fácil y rápido a la información que precisan, a los datos de facturación, y una respuesta rápida a todo tipo de peticiones: llamadas de emergencia por incidencias, con una resolución satisfactoria en el plazo acordado, resolución de reclamaciones de todo tipo en plazos cortos, programación de obras de acometida o reparación, adecuando la respuesta a las necesidades concretas de cada cliente. Este programa se encuentra en fase de desarrollo e implantación, y esperamos poder mostrar resultados al final de este ejercicio.
En la próxima legislatura se aprobará previsiblemente la Ley de Transición Energética, que establecerá los objetivos y el marco al que deberá ajustarse la regulación para alcanzarlos. De hecho, la transición ya se inició hace veinte años, con las leyes del Sector Eléctrico (1997) y de Hidrocarburos (1998), que han facilitado que el mix de energía primaria y final pero, sobre todo, el mix eléctrico, tanto de potencia como de energía, sean ya muy diferentes de los que teníamos entonces. Sin embargo, esos cambios han afectado aún de forma poco apreciable, por el lado de la oferta, a los sectores del petróleo y del gas y, por el lado de la demanda, a los sectores industriales, comercial y doméstico. La nueva etapa de la transición será más exigente en sus objetivos y más amplia en su ámbito, por lo que afectará a todos los sectores de la economía, y también al del gas natural.
Por tanto, es clave cómo se diseñe y se desarrolle esta transición energética, en la cual el futuro del gas dependerá de su consideración como energía limpia, como solución real y disponible desde hoy para mejorar radicalmente la calidad del aire en las ciudades —uno de los problemas más evidentes de las sociedades desarrolladas— y el papel que el gas natural puede jugar en la movilidad, como una opción muy atractiva, por la práctica ausencia de emisiones contaminantes, la autonomía de los vehículos a gas y por el ahorro económico que este combustible supone. Esto, en el corto plazo. En el medio plazo, el desarrollo del gas renovable, aún en sus inicios, puede ampliar el papel del gas como solución energética.
En este sentido, Madrileña Red de Gas ha sido pionera en el fomento de aplicaciones para los vehículos a motor y concretamente a los automóviles y flotas de autobuses. Entre otras cosas, somos la primera empresa española en disponer de una flota de vehículos que utilizan únicamente gas natural comprimido como combustible.
El reconocimiento a nuestra actividad en relación con nuestra preocupación por un uso inteligente de la energía tuvo lugar en 2017, con el premio que el Ayuntamiento de Madrid nos concedió como empresa más activa en el terreno de la eficiencia energética.
En cuanto al marco regulatorio en que se desarrolla nuestra actividad, estamos cerca del final del actual periodo regulatorio (2015–2020). El Real Decreto-Ley 1/2019 de 11 de enero, otorga a la CMNC competencias en el desarrollo de las metodologías de retribución de las actividades reguladas. Consecuentemente, la CNMC ha anunciado la elaboración, dentro del primer semestre del año, de las propuestas de dichas metodologías, que serán una de las claves del próximo periodo regulatorio. Es de esperar que la estabilidad regulatoria, esencial para que los inversores sigan viendo a España como un país atractivo, se mantenga sin dificultades, y que la actividad del órgano regulador se desarrolle con la necesaria consulta permanente con los sectores regulados.
Conviene insistir en que la regulación en sectores como el energético necesita de un continuo ajuste fino, que debe llevarse a cabo sobre la base de un diálogo continuo con los actores, que son quienes conocen en detalle la compleja realidad que debemos gestionar a diario, mejorando y actualizando las normas que regulan la operativa del sector. Mucho más en un tiempo en que la transición energética puede dar lugar a turbulencias indeseadas, si no se manejan bien todos los elementos.
Por último, deseo hacer una mención al gobierno corporativo, terreno en el que hemos dado pasos decisivos para que Madrileña esté al nivel de las que hoy se aceptan como mejores prácticas.
Hemos puesto en funcionamiento dos comités en el Consejo de Administración: el Comité de Auditoría y Riesgos que, además de las funciones de auditoría interna habituales, se ocupa de mantener al día el catálogo y la evaluación de los riesgos que pueden afectar a la compañía, y el Comité de Prevención de Delitos, con una función de prevención y de alerta de cualquier problema o vulnerabilidad de la empresa y de los procesos de trabajo en este sentido. También se ha llevado a cabo, por primera vez, una evaluación del Consejo de Administración, que ha dado como resultado la identificación de áreas de mejora y la puesta en marcha de acciones en cada una de ellas.
Por último, deseo expresar, una vez más, el agradecimiento de la compañía a los accionistas por su apoyo en todos los planes de actuación, tanto en el corto plazo como con una visión de largo plazo. Y al equipo directivo y a todos los que dedican su actividad profesional a Madrileña Red de Gas, el reconocimiento por lo conseguido y el apoyo para todos los retos que los próximos años nos han de deparar.
Pedro Mielgo
Presidente